Dependencias del Convent de Sant Agustí |
El convento de San Agustín, más conocido como
El Socorro, empezó a construirse a principios del siglo XVII y su construcción
se prolongó hasta mediados del siglo XVIII. Sigue las pautas del barroco de la época,
bajo la dirección de maestros de obra mallorquines. El claustro, de notables proporciones,
es un rectángulo delimitado por seis arcos en los lados más largos y cinco en
los otros dos, con corredores cubiertos por bóvedas de arista romana, en las
que se pueden ver los escudos de las familias que favorecieron la construcción.
En el centro del jardín hay una gran cisterna con cuello monolítico blasonado.
La iglesia, anexa al claustro, es de estilo renacentista,
con una sola nave y capillas laterales, cubierta de bóveda de cañón y crucero
coronado por una cúpula. A finales del siglo XVIII experimentó una gran reforma,
con la construcción del retablo mayor, el órgano y la decoración interior, que
dejó las vueltas, cúpula y muros recubiertos de pinturas murales. La fachada,
definida por dos torres gemelas, presenta una portada del siglo XIX, con tres
puertas abiertas a un gran atrio.
Durante la guerra civil sufrió importantes
agravios que significaron la desaparición de los retablos y demás mobiliario litúrgico,
y las décadas en que permaneció cerrada o dedicada a los usos más diversos,
aceleraron un desgraciado proceso de deterioro, detenido en los últimos quince años,
al emprender un costoso y complicado trabajo de recuperación y restauración en
curso.
El Convento incluye una nueva
ruta en la visita al Museo Diocesano que incluirá algunas de las joyas y tesoros mejor guardados del Convento.
De este modo, se podrá visitar el coro y el órgano del Socors, la capilla y una
exposición de maquetas obra del sacerdote José Mascaró. Entre las miniaturas
que se pueden encontrar en los pasillos de esa primera planta figuran el
Castell de Sant Nicolau, la torre de defensa de Santandria, el Castell de
Bellver en Mallorca o una recreación del asalto turco a Ciutadella.
No obstante, entre las novedades
destaca con luz propia un espacio como la Biblioteca Histórica, un lugar que
tal y como señala Julià resulta “francamente espectacular”, y no solo por su
contenido, sino también por su diseño. Allí reside una extensa colección
catalogada de libros, con varios incunables en sus estantes, y con joyas de
carácter único.
La visita al Convento resulta
interesante por la gran variedad de material cultural que alberga, pero tal y
como avanzan desde al hasta no hace mucho tiempo conocido como Museo Diocesano,
las rutas guiadas suponen una gran añadido para los visitantes gracias a la
gran cantidad de información complementaria que pueden obtener.
Como llegar
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